Características clave del entrenamiento basado en el rendimiento:
Objetivos medibles: Se establecen metas como aumentar la velocidad en una carrera, mejorar el levantamiento de peso o incrementar la resistencia cardiovascular.
Enfoque funcional: Se incluyen ejercicios que imitan movimientos naturales del cuerpo y que mejoran el desempeño en deportes o actividades diarias.
Uso de métricas y progresión: Se mide el progreso con datos objetivos como tiempos, pesos levantados o repeticiones realizadas.
Prevención de lesiones: Mejora la movilidad, la estabilidad y la técnica para reducir el riesgo de lesiones.
Personalización: Se adapta según el deporte o la actividad que se busca mejorar (ejemplo: un futbolista necesita más agilidad y resistencia, mientras que un levantador de pesas se enfoca en fuerza máxima).
Este tipo de entrenamiento es común en atletas, pero también es útil para cualquier persona que quiera mejorar su rendimiento físico en general, ya sea para competir, rendir mejor en el trabajo o simplemente sentirse más fuerte y ágil en la vida diaria.
