Recientemente el Ministerio de Desarrollo Social y Familia publicó la última Encuesta de
Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen). El sondeo registró que a nivel nacional,
la pobreza por ingreso bajó de un 10,7% a un 6,5%, siendo la mayor caída en base a los
datos que se obtienen desde el año 1990. De la misma manera, evidenció que la Pobreza
Multidimensional tuvo una baja de un 20,3% (2017) a un 16,9%. Esta es una gran noticia
para el país, pues demuestra que el trabajo desarrollado por nuestro Gobierno en el
combate contra la pobreza comienza a dar sus frutos.
La Región de Tarapacá, muestra la mayor tasa de Pobreza Multidimensional, con un
23,8%, sobre el 16,9% del promedio nacional. Esta es una realidad que no debemos
desconocer y que debemos atender urgentemente, por la condición en que viven miles de
personas, principalmente familias que se han asentado durante los últimos años en
nuestra zona norte del país.
El concepto de Pobreza Multidimensional es un indicador que tiene por objetivo,
evidenciar las múltiples carencias que día a día, enfrentan los distintos hogares y que
busca medir de forma directa las condiciones de vida que van más allá de la falta de
ingresos, considerando múltiples factores que inciden en el desarrollo de las personas.
El indicador de Pobreza Multidimensional, está conformado por cinco variables:
educación, salud, trabajo y seguridad social, vivienda y entorno; con un peso de 22,5%
cada una; y redes y cohesión social, con un peso de 10%. Los resultados obtenidos por
nuestra región, nos evidencia que es imprescindible mejorar el acceso a niveles de
bienestar básicos para toda la población. En tal sentido, debemos redoblar los esfuerzos y
energías para focalizar la aplicación de las políticas públicas en los sectores más
vulnerables de nuestra región; lo que permitirá disminuir las actuales brechas de
desigualdad.
Debido a esta realidad, nuestro Gobierno ha estado impulsando políticas que tiendan a
ser más universales, como la Pensión Garantizada Universal (PGU), el Copago Cero en
salud, el aumento gradual del salario mínimo, la ley de 40 horas y la gratuidad en
educación, entre otras medidas que sin duda, han tenido un gran impacto en las
economías familiares.
Como país y con el consenso de todos los sectores, hemos avanzado en sacar de la
pobreza a miles de familias, pero aún queda mucho por hacer. El desafío hoy, está en
avanzar hacia el Pacto Fiscal, el cual considera incentivos a la inversión, junto a una mayor
fiscalización del gasto público. Estos recursos adicionales, permitirán fortalecer el sistema
de protección social para satisfacer las actuales y urgentes demandas de los chilenos y
chilenas. No sólo focalizados en los sectores de menos ingresos, sino que también
podemos llegar con beneficios a los sectores medios.
El Gobierno liderado por el presidente, Gabriel Boric, está abocado a continuar avanzando
hacia la construcción de un Estado de bienestar, con énfasis en el fortalecimiento de un
sistema de protección social, que garantice los derechos de todas y todos.